miércoles, 19 de febrero de 2014

Una nueva cultura de compartir

Introducción

A pesar de que mucha gente no sé de cuenta en el día a día, en las últimas décadas se ha estado gestando una gran revolución.

Creatividad sin límites

Aunque mucha gente se acuerde más de:
  • Steve Jobs, cofundador de Apple, una empresa que se ha caracterizado por innovar bastante y saber promocionar sus productos.  Tiene un conjunto de clientes que son fans incondicionales.
  • Bill Gates, ya que ha hecho mucho dinero y ha popularizado el archiconocido sistema operativo Windows.
esta vez quiero hablar de alguién mucho menos conocido, y de todo el grupo de personas a quien representa.  Se trata nada más ni nada menos que de Richard Stallman.  ¿Y por qué considero a este señor importante?.  Es una persona con gran talento, que en vez de volcarlo en el enriquecimiento personal, ha preferido fundar un movimiento basado en el compartir conocimientos, y en realizar aplicaciones gratuitas y modificables.  En concreto la Free Software Foundation.  A diferencia de los anteriores no se ha hecho rico materialmente, aunque sí en conocimientos y en su labor social.

Aquí tenemos una conferencia suya del 2012, hablando en español:




A pesar de que fuera algo rompedor en su momento, y ha representado ir a contracorriente, ha logrado cambiar la mentalidad en el mundo del software.  Ha sido el detonador de que la informática haya avanzado tanto.  Nunca se puede comparar la creatividad de una gran comunidad de gente con talentos y cultura diversos, a los empleados de una multinacional.  A nivel colectivo es más eficiente compartir altruísticamente los conocimientos y experiencias, que quedárselas egoistamente para uno mismo, por miedo a que la competencia nos supere.

El copyright está bien para garantizar los ingresos de los creadores, pero supone por otro lado, un importante freno a la creatividad e interactividad de la gente.  A uno se le puede ocurrir una idea, y a otra persona la puede mejorar o reaplicar en otros ámbitos, de formas inimaginables por el autor original.

Cuando pensamos en software libre, todo el mundo piensa en Linux.  La verdad es que existe un nº elevado de estas iniciativas de esta índole, creciendo a un ritmo vertiginoso.  Por ej. aquí se enumeran más de 600.000 de ellas, y por otros lados se pueden encontrar más.  Presuponen un esfuerzo de muchas horas de trabajo.

En realidad lo que llamamos Linux contiene en gran parte el trabajo de Richard Stallman, y su proyecto GNU, pero esa es otra discusión.

Usos maliciosos por parte de grandes corporaciones

Cualquier aplicación cuyo código fuente no está disponible, puede tener comportamientos no éticos.  Por ej., he escuchado de sospechas fundadas de que tanto el sistema operativo MacOS como Windows, están llenos de puertas traseras, las cuales permiten espiar si lo desean, entre otras cosas o inyectar software por parte de terceros, tales como la NSA.

Algunos enlaces:
De cara a un ciudadano a pie de calle, esto no es tan importante, aunque a nadie le gusta poder ser espiado a voluntad.

En cambio con software libre esto es imposible que ocurra, puesto que no hay secretos, y cualquiera (con ciertos conocimientos) puede revisar lo que hace o deja de hacer.

Más allá del software

Esto ha comenzado en el software, pero se ha extendido a otros ámbitos.
Uno de los primeros ámbitos ha sido el de la eléctronica con proyectos del tipo Arduino.  De ésta forma gente sin mucho bagaje en electrónica puede crearse sus aparatos, y mejorar o documentar lo que han hecho otros.


Otro ejemplo es el proyecto RaspBerry Pi, en el que tenemos un ordenador por sólo 25 $.   Cómo mucha gente ha trasteado con él, tiene un ciclo de vida mucho mayor que cualquier ordenador comercial.


La gente de Open Source Ecology, va a proyectos más ambiciosos, y quieren construir aparatos modulares de todo tipo.  Por ej. un motor de un coche, lo podríamos reusar en un tractor.  Su web está en francés e inglés.

Otra gente ha estado esforzándose por construir una impresora 3D gratuita y libre, que cualquiera mínimamente manitas puede construirse.  La he visto funcionar en este congreso, y sorpresivamente funciona a las 1000 maravillas.  De esta forma, se evita la tiranía de las multinacionales, que nos venden un recambio más caro que el objeto completo original y otras barbaridades.  A ellas no les preocupa el desastre ambiental de la obsolescencia programada, de la que ya se hablado en este blog.

Existe software libre de modelado para diseñarse uno las propias piezas, y otro para gobernar la impresora, bajo Linux o Arduino.

EXTRUD_ME 2014



Me imagino en que en un futuro no tan lejano, la gente tendrá impresoras 3D en su casa o en una tienda cercana, y no habrá necesidad de traerlas de lejos.  Tan sólo hace falta descargar desde Internet un fichero con su definición, e imprimirsela.

Esta revolución tan positiva es imparable, y las posibilidades se están multiplicando.

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